Pues todos los parámetros que uno suele mirar al comprar un coche de ocasión para tener indicios de su
edad real, desgraciadamente son manipulables. Desde bajar la lectura del cuentakilómetros a sustituir las gomas de los pedales, las alfombrillas y los últimos neumáticos... hasta repintar la coarrocería para disimular siniestros, o renovar las rótulas y
silentblocks para no evidenciar los desgastes.
Todo lo tienes que calibrar tú en directo, y si te haces acompañar de tu mecánico de cabecera, mejor.
Mira el aspecto general de los muebles, el funcionamiento de grifos, calefacción y reglajes de asientos... y
bajo el capó presta atención a si los manguitos de goma tienen resquebrajados, coge alguna polea (bomba de agua, alternador...) y comprueba si tiene holgura al moverla perpendicularmente a su eje... mira si el propietario es de los que cuidan también el motor (si está limpio será una buena señal, que además te permitirá ver más detalles).
Para saber qué tal va el
embrague actual (es probable que ya no sea el original), trata de empezar a mover la furgo con la tercera velocidad. Analiza la reacción del embrague: si se cala muy fácilmente, es bastante nuevo.
Haz la prueba de la
elasticidad del motor conduciendo en tercera velocidad por una rampa suave. Entonces engrana la quinta y, si el motor se adapta suavemente aunque con algo de pereza, será buen signo. Si se queda clavado, el motor empieza a chochear.
En fin, este tipo de cosillas te las puede ver junto con otras alguien de tu entorno que sepa de mecánica.