En muchos de nuestros
campers tenemos un WC químico de alguna marca conocida como
Thetford Porta Potti 335 o de una de las ofertas periódicas que aparecen en los
supermercados-descuento como
LIDL o
ALDI, de una calidad similar aunque con peor servicio de repuestos cuando pasan los años, pero en todos los casos son buenos aparatos y responden durante muchos ciclos de uso.
Nosotros acumulamos casi
600 pernoctas en algo más de siete años en esta
furgo y usamos siempre este accesorio instalado en su caja original
por la comodidad que ofrece para usarlo en medio de la noche o para cuando fuera hace mal tiempo o no resulta discreto salir del vehículo.
A uso intensivo,
desgaste intensivo. Y una de las piezas que más sufren es la
bomba manual que surte a la taza de agua de la cisterna.
Si os fijáis en esta imagen del despiece, la primera vez que se presiona con la mano al
fuelle (4) hacia adentro obligamos al aire que existe dentro de él a entrar en la
cisterna (3) a través del poro de la
válvula antirretorno (6)
y creamos una ligera sobrepresión en el sistema.
Cuando retiramos la mano del fuelle, se produce el efecto contrario: es decir, provocamos una
succión de tal forma que el fuelle, que es hueco, absorbe como si fuese una jeringa gorda unos 200 cc de líquido sanitario que pasa a su interior pero no se escapa hacia abajo porque la válvula
antirretorno se lo impide al no poder salir por un poro tan pequeño venciendo la presión atmosférica (como cuando ponemos boca abajo una jeringa).
Esta válvula
antirretorno tiene una membrana rígida basculante taladrada por ese poro central, lo cual permite cuando apretamos la primera vez que el aire pase a la cisterna, pero facilita en la segunda y sucesivas pulsaciones que el líquido ya cargado en el fuelle en cada ciclo se dirija a través del tubo de tráquea flexible (5) en su mayor parte hacia la taza y no de nuevo hacia la cisterna, gracias a la forma de
TE y a que su sección en mucho mayor y le ofrece menor resistencia.
Este
incesante ir y venir de la membrana de la válvula
antirretorno, el uso de líquidos inadecuados, la cal y las algas presentes en el agua que crecen mejor por el calor interior de la
furgo y las distintas impurezas acaban por fin por deteriorarla hasta que deja de funcionar.
Meses antes nos irá dando avisos con la presencia de
pequeñas partículas negras en el agua que expulsa, señal de que han crecido algas adheridas a las paredes de todo el contenedor. De ahí la importancia de hacer
enjuagues periódicos con agua a presión y una buena agitación del
cassette superior. No sólo del inferior.
Una solución a este problema puede ser la
sustitución de la válvula averiada, que no es muy cara (unos 10 €)
y se puede conseguir en calquier tienda de recambios para autocaravanas (ref
07016). La dificultad estriba en que hay que extraer con mucho cuidado el conjunto del fuelle de su alojamiento en el cuerpo inferior del WC para no perforarlo. Es costoso debido a la
masilla viscosa que lo sella al marco. Si lo hacemos con algo punzante, quedará definitivamente inservible
y deberemos encargar también su repuesto (ref
07862-79), que está a extinguir y lo tienen ya en muy pocos establecimientos.
La otra solución es la que se propone en este
brico: electrificar el sistema y
convertir nuestra cisterna al accionamiento eléctrico, facilidad que sólo montan de origen los
Thetford Porta Potti grandes de la gama alta, los que se instalan en las autocaravanas más sofisticadas.
De esta manera,
con sólo tocar con un dedo, sustituiremos a las repetidas maniobras de bombeo que hacíamos hasta ahora.
La cesta de la compra será muy simple: una bomba sumergible barata (de 5 a 15 €, según la marca),
que podemos también comprar en el desguace por menos aún. Se usan en los botes lavaparabrisas de muchas marcas. El tapón de una botella de agua mineral, en este caso de la elegante botella de VOSS.
Un pulsador (nunca interruptor, para evitar accidentes)
de unos 2 ó 3 amperios. Y algunos materiales menores como manguera, un retal de PVC, regletas de empalme, tela mosquitera,
cablecillos y algo de tornillería.
Una vez retirada la vieja bomba manual (4)
y separada del tubo (5) que se dirige a la taza,
forramos de tela mosquitera la bomba eléctrica que vayamos a emplear para que se comporte como un filtro de impurezas
y alargue la vida de la turbina. También le aseguramos con una abrazadera una manguera de unos 30 cm de largo y con un diámetro exterior ligeramente inferior al interior del tubo de tráquea (5) donde irá insertado.
Recortamos sin demasiado esmero, puesto que va a ir cementado después, un
retal circular de PVC bien rígido del tamaño aproximado del vano del depósito inferior. Le haremos unas
muescas para facilitar el agarre en todo el perímetro y lo taladraremos dos veces: una para
pasar el cable de la bomba y otra para fijar el
tornillo que nos ayudará durante la construcción y que aseguraremos con arandela de goma
por el lado interior para evitar la entrada de agua.
En la tapa de agua mineral, que nos servirá como
unidad de mando, taladramos con una
broca cónica lo necesario para
acoplar el pulsador,
al que le dejamos soldados dos cablecillos.
También haremos un orificio para la
entrada del cable procedente de la batería y lo aseguraremos contra tracciones accidentales con un brida por el lado interior.
Una vez insertada la manguera de la bomba en el tubo de tráquea,
aseguradas ambas con abrazadera para que no se separen en el futuro con la fuerza de retroceso del agua impulsada, metemos todo el conjunto dentro del
cassette por el bocal
de forma que la entrada de la bomba quede en la parte más baja posible y así recoja el agua prácticamente hasta el vaciado del depósito. No hay que olvidar la doble brida
antitracción.
Para
sellar el disco hemos usado masilla
bicomponente Nural 22,
que es durante varias horas muy viscosa y permite llegar hasta los rincones más irregulares de la unión.
Lo haremos en dos fases dejando endurecer primero la inicial unas 24 horas y presionando con un peso dispuesto sobre, por ejemplo, una regleta de empalme atornillada a la rosca para aumentar la superficie de apoyo.
Una vez secas ambas fases de enmasillado, encoframos toda la esquina del WC con tres capas de cinta adhesiva
y aplicamos con una jeringa gruesa la
selladora sintética blanca necesaria
apenas para cubrir la parte estructural de la unión.
Así el trabajo quedará estético y bien terminado. Sobre todo cuando, pasadas otras 24 horas retiremos el
film adhesivo
y, presionando con un papel absorbente y los dedos demos una bonita forma de
menisco negativo a todo el borde.
En la caja contenedora del
Porta Potti instalamos una
regleta con los 12 V procedente de la batería,
mientras que en el extremo del cable que sale de la unidad de mando
pondremos
otra, pero con forma de macho, empleando dos
vástagos de aluminio de los que desechamos cuando ponemos remaches. Así podremos cómodamente enchufar y desenchufar el cable para extraer el
cassette cuando lo limpiemos.
Dentro del tapón atornillamos una pequeña escuadra para que su base admita un adhesivo de doble cara necesario para fijarlo a la selladora sintética.
Las conexiones eléctricas son tan sencillas como unir directamente los cables azules (el que viene de la batería y el que va a la bomba)
e indirectamente los marrones, interponiendo los rojos del pulsador. Así sólo llegará corriente a la bomba por el cable positivo marrón únicamente cuando pulsemos.
Una vez terminado el montaje, colocamos la taza sobre la parte inferior del WC y hacemos la prueba de funcionamiento, como veis en este pequeño video:
https://i365.photobucket.com/albums/oo92/viano1/bricoelectrobombaelectrificacionwcquimicoportapottivianomarcopolo100.jpg[/img]src="http://pagead2.googlesyndication.com/pagead/show_ads.js">