Nivel de dificultad de 1 a 5: En muchas ocasiones tenemos necesidad de
pasar cables desde la zona del salpicadero, tablieres o consolas
hasta el compartimento motor, donde muchas veces está alojada la caja repartidora de lineas eléctricas, fusibles, centralitas...
– Para instalar un
antirrobo– Para poner
faros adicionales
– Para instalar una
alarma o un botón de pánico
– Para instalar
sondas de instrumentación de temperatura
– Para maniobrar relés
– Para tender nuevas lineas eléctricas desde una batería
El
lado más lógico para recibir cualquiera de estos circuitos suele ser el
del conductor para poder operar durante la marcha desde los distintos mandos adicionales que instalemos con el paso del tiempo.
> Más detalles sobre estos interruptores> Más detalles sobre estos interruptoresComo el
compartimento motor suele venir muy bien aislado del salpicadero para no transmitir calor, vibraciones y ruido, los fabricantes dejan previstos pequeños orificios para ulteriores instalaciones.
En el caso de las furgonetas
Viano, aunque la caja principal de fusibles (situada en el lado del acompañante del capó) tiene una
bandeja de entrada hacia el salpicadero que puede usarse sobre todo para acceder a la zona de la guantera, sin embargo es mucho más engorroso de llegar hasta el lado del conductor sin hacer demasiados desmontajes.
Por otra parte, como a lo largo de la vida útil del vehículo seguramente
haremos otras intervenciones eléctricas futuras, lo conveniente es disponer de una
canalización común a todos los sistemas que nos permita:
– Llevar hilos desde el salpicadero hasta la caja de fusibles
– Tender nuevas líneas que partan de la caja de fusibles y alcancen lugares alejados
– Seguir disponiendo de fusibles para esas nuevas lineas en la misma caja
Por eso os paso este pequeño tutorial: para que conozcáis con nuestra experiencia previa
los lugares más sencillos para hacer el trazado sin dar
palos de ciego.
En primer lugar localizamos el acceso a la
zona de pasacables, que está situada en la pared colindante con el motor dentro del gran espacio vacío que hay tras los revestimientos
bajo la columna de dirección.
Una vez dentro de allí (es un lugar de acceso difícil), retiraremos esta pequeña tapita de aislante
pretroqueladoque nos dejará al descubierto la
zona de paso:
Retiraremos entonces el
tetón prensaestopas para que nos quede al descubierto el orificio por el que ya podremos ver la luz que viene de la zona del motor.
Desde ese punto introduciremos una guía pasacables que nos aparecerá
junto al tambor del servofreno por donde empezaremos a instalar el
tubo anillado o
de tráquea. En este caso hemos elegido uno de PVC
autoextinguible al fuego de 40 mm ø con armadura
interior de acero inviolable.
A unos cinco centímetros del extremo del tubo hacemos un ojal y
le anudaremos una brida gruesa y larga con un pequeño segmento de tubo de acero enhebrado
con el fin de que, cerrado el lazo por el lado interior del habitáculo, podamos tirar fuertemente de la manguera para que se encastre en el taladro del chasis y a la vez
no se arranque en caso de que algún mecánico traccionara involuntariamente de ella desmontando alguna pieza en la zona del motor.
Ahora seguiremos el recorrido
circunvalando la zona de botes (fluido de frenos, expansión de refrigerante, lavaparabrisas...) y nos dirigiremos con él
por el interior de la aleta izquierda hacia los bajos.
Una vez en la base del paragolpes, aprovechamos alguno de los
taladros de drenaje del travesaño de la
cuna del motor, junto al cárter de aceite, para embutir dos
tuercas remachables de aluminnio de 5 mm ø,
donde atornillaremos sendas
abrazaderas monoblock de 40 mm ø para que discurra de forma segura la canalización.
De este modo
evitaremos exponer el tubo por
el lado interior del motor, con temperaturas más elevadas y donde nos encontraríamos con problemas de desmontaje de otros elementos como el filtro de aire.
Llegaremos por el
interior de la aleta derecha hasta la zona de la
caja de fusibles.
Practicamos en ella un taladro con una broca cónica en la arista más cercana al vértice de la carrocería y por ahí
entramos a media altura en el
sancta sanctorum de la electricidad y electrónica de nuestro vehículo.
A partir de aquí, todo empieza a ser fácil, posible y cercano. Como hay una
gran sección de tubería (40 mm ø), podremos disponer de espacio suficiente para pasar cables con la guía en multitud de ocasiones en sucesivos
bricos.
Además, tedremos nuestros hilos
protegidos de fusión por contacto con partes calientes,
sabotajes por cortes, corrosión, humedades y suciedad... Esto es importante, por ejemplo, en cirucitos que tengan que ver con la seguridad pasiva de la
furgo.
Y nos servirá de punto de arranque por si deseamos más adelante
tender nuevas lineas hacia la parte de atrás (remolque, armarios, alumbrado trasero...)
Saludos.
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