Se acabó necestiar
que haya costa en nuestro paraje favorito
furgoperfecto, como se han dado en llamar en el Foro; se acabó el problema que suponen las miradas indiscretas, nos guste ser nudistas o
textiles, cuando
queremos tomar el sol en paz y
donde nos apetece. Y, ¿qué me decís de esos bichitos que en lo mejor de la siesta se arman de atrevimiento y empiezan a allanarnos la toalla?
¿Tienes la orientación deseada en tu
parcela de camping pero te agobia tomar el sol delante de tus nuevos vecinos?
¿Hartos de ese
lado oscuro que tiene la arena de la playa? Sí: esos malditos e inoportunos
granitos de arena que aparecen, hagas lo que hagas, te limpies como te limpies, inexorablemente por todos los recodos de la ropa, el calzado, la furgo... y la anatomía...
Imaginemos, por otro lado, que nos levantamos a media mañana en un área de descanso... hace un día perfecto... desayunamos perezosamente... se está a gusto... apetece quedarse. Pero no hay hierba, o hay gente alrededor o no hay sitio suficiente... y nos encantaría tomar el sol leyendo la prensa o escuchando música. Este caso ya no será más un deseo frustrado.
Partiendo de la norma de que somos dueños del uso, según el Reglamento, del
prisma de espacio que tiene como base la proyección en planta de la furgo y una
altura máxima de 4 metros, ¿por qué no aprovehar el techo para algún fin diferente del tradicional de baca portaequipajes, cofre, portabicicletas, portaesquíes...? ¿Por qué no un
solarium? ¿Acaso no hemos pagado también el piso de arriba? Infrautilizarlo sería como si uno monta los muebles de cocina de arriba en una casa pequeña y no los diseña hasta el techo. Al fin y al cabo los recursos son para expirmirlos...
Además, como
no se excede el volumen citado desplegando accesorios lateralmente, tomar el sol en el techo no se considera
acampada libre (excepto donde pueda estar expresamente prohibido, como Cantabria, Valencia y Andalucía), sino un simple estacionamiento.
Más aún: subirse hasta ahí, aunque parece complicado y peligroso, es cosa de niños dándole un segundo uso a la ya explicada
escalera para subir a la cama de arriba. Basta situarla en el estribo de la puerta lateral
y estabilizarla con una eslinga
solidaria a las muescas del carril del piso.
El mismo carril del techo sirve de
improvisado asidero para el impulso final al subir y el aseguramiento al bajar.
Para los que piensen que el techo de fibra de vidrio se puede romper, se ha llegado en principio a la conclusión
en este hilo de que es bastante improbable.
Y no se necesitan más trastos en la furgo, como la necesaria
colchoneta. Basta llevarse al techo una de las de la cama de abajo.
0. Cesta de la compra:
Sólo necesitamos cosas sencillas:
– Una
pieza de tela de loneta del color de la carrocería de 5 x 2.80 m (lo que los almacenistas llaman
doble ancho). Con ella haremos una barandilla de 8 x 0.65 m (medidas para Marco Polo) utilizando la plancha de vapor y la
Fiselina como se cuenta
en este brico. Deberá ser de tela doble para que no se transparente nada.
– 6
varillas roscadas métricas de 6 mm ø. Se venden en segmentos de 1 m. Las cortaremos en trozos de 20 cm cada una.
– 6 fragmentos de 60 cm cada uno de
tubo rígido de cobre de 10 mm ø exterior y, al menos, 7 mm ø interior. También nos valdría uno de polietileno, polipropileno o PVC equivalente, como los que tienen los mangos de los recogedores de barrer.
Antes de poner el brico en servicio, es conveniente pintarlos del color de la carrocería:
– 6
tuercas métricas de 6 mm ø interior, a ser posible, para facilitar el apriete y afloje,
carenadas con plástico. Éstas son reutilizadas de un viejo portabicicletas. Se pueden conseguir, por ejemplo, en la web del fabricante
Cruzber.
– 6
pletinas rectangulares roscadas. Forman parte del accesorio original Mercedes-Benz B6 684 8528 (
soporte universal para barras de baca 403341) y se pueden pedir por separado en
Recambios.– 6
arandelas de ala ancha de 6 mm ø interior
– 6
conteras de goma, como las que se usan para proteger los suelos de parqué de las patas de las sillas.
– 6 viejos
tubos de carretes de fotografía. Si sois capaces de encontrarlos, porque hay ya tan pocos... Bueno, vale cualquier cosa parecida.
1. Montaje de los mástiles:
Lo primero que hay que hacer es ensartar en el orden de este premontaje
en la varilla roscada el tubo de cobre, la tuerca, la arandela y la pletina roscada.
Una vez pintado, quedaría así:
El carril con perfil en C que sirve de anclaje para los accesorios estándar de la baca
es la base adecuada para introducir este soporte
y apretarlo en el punto deseado.
Por el otro extremo del tubo de cobre se ajustan las conteras de goma
que evitarán que el metal pueda estropear la loneta. Así quedarían una vez pintados los tubos:
2. Montaje de la tela en los mástiles:
De los seis mástiles que debemos fijar, cuatro trabajarán como verdaderos
tensores en las cuatro esquinas y dos como
riostras en el centro de los lados más largos.
Para iniciar el montaje sólo hay que introducir los seis mástiles, tres por carril, desde su parte trasera, y situarlos en su ubicación.
Luego se coloca el tejido bordeándolos por su exterior.
La tela será una especie de anillo continuo, sin cortes ni piezas. Pero donde hagamos el cierre del anillo, podemos intercalar un velcro por si, adicionalmente, quisiéramos tensarla un poco más.
Como esta confección va de
rollito toldo, queda muy bien el
acabado con remaches, que nos servirá para reforzar los extremos del
velcro, que es por donde suele empezar a despegarse con el tiempo y los tirones.
Aprovecharemos seis botecitos de plástico como los de los carretes de fotografías (¡qué tiempos aquellos, cuando eran lo normal!) y los remacharemos en los cuatro puntos superiores de las esquinas y en los dos medios de los lados largos
para poder ensartar los extremos de los mástiles de esta manera, subiendo la tela de todos los lados:
3. AcabadoEl
aspecto exterior es el de una baca grande con equipaje, o una
maggiolina. Cualquier cosa menos que hay un
solarium.
Y el interior, éste:
La única precaución que hay que tener antes de instalar el accesorio es
lavar el techo o simplemente pasarle un trapo suave para eliminar el polvo que pueda manchar la colchoneta de la cama de abajo. Lo cual puede evitarse también interponiendo una tela entre la chapa y el colchón.
Una vez situado el colchón en el techo, sólo queda subirse a disfrutar.
Un poco de complicidad con nuestro acompañante puede servirnos de impagable servicio de
resort caribeño para pasarnos por el techo corredizo esas cosas fresquitas de la nevera... o el telefonillo de la
ducha para refrescarse in situ.
Finalizado el disfrute, se pliega todo en un momento y casi no ocupa.
Saludos desde el
ático de la furgo.
src="http://pagead2.googlesyndication.com/pagead/show_ads.js">