Si célebres fueron, en el paso del calendario Juliano al Gregoriano, los
diez días-fantasma que no existieron jamás, ambos inclusive, entre el 5 y el 14 de octubre de 1582 (
Santa Teresa de Jesús murió al anochecer del día 4 y fue enterrada al día siguiente, 15), no menos célebre va a ser la mordida que van a hacer en el atolón neozelandés de
Tokelau,
Kiritimati y en las islas
Samoa, quienes –ya nos explicarán por qué en el fondo– se saltan a la comba la
línea internacional de cambio de fecha y se sitúan a su izquierda en vez de donde están ahora.
Esto va a pasar mañana por la noche. De las 23:59:59 del 29 de diciembre de 2011 van a pasar a las 00:00:00 del 31 de diciembre de 2011, por convenio, justo veinticuatro horas antes de la nochevieja. Han sido moderados y
sólo se zampan el día 30 entero. Ahora serán los primeros en recibir el año nuevo y, por ejemplo, los
yankees que vuelen a "su"
Samoa tardarán, en vez de una hora, un día y una hora.
Ya nunca más
Falealupo (Samoa) será el último lugar donde se pone el sol y desde pasado mañana
Maia (Samoa americana) será el primer amanecer del planeta...
Hay más detalles
aquí.
El mismo lío afecta a
Cervantes y
Shakespeare, quienes murieron en realidad en días diferentes: Cervantes fue enterrado el 23 de abril de 1616 (por el calendario gregoriano ya vigente en España) y Shakespeare murió el 3 de mayo por el calendario juliano en vigor allí. Es decir, que cuando los ingleses (ya sabéis cómo son para las unidades de medida) por fin adoptaron el estándar europeo, resultó que
ese 3 de mayo correspondía al 23 de abril, diez días antes. La casualidad vino después.
Y nosotros aquí tirándonos botellas de cristal y petardos en la puerta del Sol...
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