Perdonad la calidad de las fotos, pero tuve que hacerlas con el teléfono.
Las
Viano Marco Polo vienen equipadas de serie con un
lector de mapas marca
Hella anclado en el techo elevable que puede usarse indistintamente para leer en la cama superior o en el asiento del acompañante, gracias a su flexo orientable de 50 cm.
La principal carencia para usuarios exigentes es que la lámpara halógena de 12 V y
sólo 5 W es un poco
insuficiente para lecturas prolongadas.
En principio, parece simple eludir el problema sustituyendo la bombilla de 5 W por su
prima hermana, la de
10 W, de la misma forma, con casquillo de bayoneta, pero con el doble de potencia luminosa.
Si hacemos eso, sin más, obtendremos una
estupenda iluminación,
pero también casi
el doble de calor dentro del cabezal del lector. En los ensayos que hemos realizado, ha sido tanta la temperatura, que hemos retirado la lente
globular para evitar que empezara a reblandecerse.
Una vez que se prueba una halógena de 10 W, ya no hay marcha atrás.
Ya no se acostumbra uno a menos. Así es que la solución para evitar el deterioro temprano del accesorio es, simplemente, crearle
cuatro orificios de disipación de calor, aprovechando que tiene justo detrás una
parábola metálica refrigerante.
Para hacerlo sin fallos, lo mejor es, retirada la óptica con ayuda de un destornillador fino, desmontar las dos semicarcasas (por si las rompemos, se piden con los códigos
128 920 y
128 921 respectivamente, tipo
Hella 0001 513) y taladrarlas con una
broca cónica actuando sobre unas
cintas de carrocero. Así evitaremos que patine y que arañe la zona circundante.
Vueltas a montar, tendremos el mismo aparato pero con unas estéticas
ventanas de ventilación que evitarán el sobrecalentamiento.
Saludos.
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