Hombre: guardarlo todo-todo para por si acaso… puede convertirse en
Síndrome de Diógenes y en motivo de
peloteras en casa. O de cosas más graves: tuve una vecina que sufrió un incendio por culpa de hacinar ropas y mantas. Pero tirarlo todo sólo porque no nos sirva de forma inmediata, también es una pena.
No sé si estaré en el término medio, pero me gusta guardar algunos objetos de uso común que continuamente acaban en la basura. Creo bastante en la
Reutilización. Mucho más imaginativa que las otras
tres erres (
Reciclar, Reducir, Recuperar).
Pienso que una hoja de papel escrita sólo por un lado no merece ser tirada al contenedor azul. Primero se le tiene que sacar algún provecho más. Que
nos quedamos sin árboles.
Cuando tengo más o menos un centenar de
DIN A4 (también otros formatos como el
tercio de folio de las cartas de los bancos)
escritos por un solo lado (publicidades comerciales, documentos sin vigor, fotocopias mal hechas, reorganización de un archivo…) los sujeto por uno de los lados cortos, casi junto al borde, con dos tablillas apretadas con un
gato y le paso al canto un poco de
cola blanca de carpintero apretando con el dedo. En veinte minutos, liberado de su soporte, dado la vuelta, tiene uno un estupendo
bloc de notas para borrador (cuentas, bocetos, listas de la compra, apuntes
en sucio, dibujos, recados, avisos,
mártires para no manchar la mesa con pegamento…). Lo de comprar tacos de
Post-it y mucho más el comprar tacos de notas en blanco es un poco
pijo algunas veces.
Entre esos objetos que guardo para cuando puedan ser usados están los pequeños
tapones de plástico de
sprays de pintura de distintos colores, desodorantes, colonias, limpiadores de hogar, cajas transparentes de bombones, tapas de ciertas botellas… algunos de los cuales hoy nos van a servir para este sencillísimo
brico:
Los que ya hayáis montado
cortinas entre las plazas de la cabina de conducción y el resto del habitáculo (podéis ver un ejemplo al final de este
brico),
como por ejemplo en la famosa barra interior para techo de
Mercedes-Benz (referencia
B 6 656 00 20 que cuesta unos 34 € en 2007),
habréis notado algunos
inconvenientes:
– En curvas cerradas y glorietas, la cortina tiende a correrse hacia el centro e
impide la visión correcta por el retrovisor interior.
– Mientras fregamos platos o nos lavamos los dientes, la cortina, como los toros mansos, suele tener
querencia a las tablas, en este caso hacia las del mueble, y recibe bastantes
salpicaduras, incluso teniendo cuidado.
La solución pasa por instalar un simple
sujetacortinas que las mantenga en su sitio recogidas mientras no se utilicen y minimice las manchas procedentes de la zona de cocina y fregadero.
Viendo esta tapa de
spray de pintura,
precísamente del color de los acabados interiores de la
Marco Polo, y esta otra de las garrafas de 5 l del agua mineral
Solán de Cabras (seguro que otras pueden servir igual), y habiendo observado que ambas
encajan perfectamente
y coinciden en sus estriados interiores para un
acople robusto, se me ocurrió que, puesto que hay sitio suficiente en el
costado del fregadero,
poniendo un poco de
cinta adhesiva de doble cara (ésta viene junto con los diodos
LED de
IKEA que se comentan en este
brico)
a la parte plana de la tapa del agua mineral (que pintamos a
spray previamente para armonizar el color)
podría ser, retirado el papelillo, una base apropiada
para acoplar después la tapa del propio
spray.
Además, nos proporciona un
tope para que no reclinemos en exceso el asiento del conductor y así no pueda interferir en la
apertura de la tapa de la encimera.
Por cierto, ¿os habéis animado ya a pegar con cinta adhesiva de doble cara un recorte de
espejo justo encima del fregaderopor el lado interior de la tapa de la encimera? Es bastante útil para afeitarse y todo eso. Seguro que las chicas con el tema del maquillaje se animan también enseguida…
La idea del sujetacortinas es extrapolable a otros usos como
pequeñas perchas,
mandos de volumen,
pomos de armarios…: Lo que quiero decir es que estamos rodeados de cosas que desechamos sin pensar muchas veces en una
segunda vida perfectamente digna y que nos ahorra comprar accesorios que cumplirían exactamente la misma función.
Una última sugerencia: cuando vayáis a tirar a la basura un botecito vacío de desodorante tipo
bola roll-on, dadle otra oportunidad: probad a extraerla a presión de su alojamiento. Nos sale una pequeña
pelota de ping-pong que puede ser usada como
juguete para nuestras mascotas (los gatos
la gozan persiguiéndola si se les añade un hilo largo) o niños (de más de 3 años para que no la lleven a la boca), para
flotador-boya de una válvula de entrada de depósito, para ser llenada de
esencias de baño (con una jeringa), para decorar con un buen puñado de ellas un divertido
centro de mesa, las palas de un
anemómetro con tres de sus mitades… mil cosas.
Una vez, con una de estas bolitas, harto de que un par de veces me rebosara el fregadero de la cocina que tenía estropeado el desagüe auxiliar (a veces cocinando, no te das cuenta y te dejas el grifo abierto) me fabriqué un
detector de inundaciones como alarma: ponemos boca abajo una tapa de desodorante en spray
AXE y pegamos en el interior de su cúpula uno de esos
chips que tocan el
Cumpleaños feliz en las tarjetas de felicitación con su contacto de laminillas hacia abajo. A continuación se mete la bolita de plástico y, para que no caiga, se pone un tornillo de tope. Todo ello se fija en uno de los bordes del fregadero (o bañera).
Si el agua llega casi al punto de rebosar, la bolita se eleva por flotación y pulsa el resorte que hace sonar una bonita
señal de alarma.
Bueno. Si os echan la bronca en casa por llenar el trastero de chismes… yo no he dicho nada.
;-)Saludos.
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