Tanto va el cántaro a la fuente, que al final... se compra un bonobús... Pues eso... que nosotros nunca habíamos
estrenado las llantas desde que tenemos la
furgo (octubre 2004), pero alguna vez tenía que ser la primera... y fue el otro día en una calle junto al campo de fútbol de Tolosa (Gipuzkoa), que tiene los
bordillos de la acera muy altos.
La solución a este desaguisado es tan sencilla como
proteger el área vecina del
talón del neumático con una espátula ancha
y, usando una
lijadora con forma de delta para mayor precisión, homogeneizar la pérdida de material con una
hoja de grano 240.
Para igualar muy suavemente lo lijado con el resto, aplicamos cualquier
pulimento para metales primero con un viejo
cepillo de dientes y luego con unas
lanas de alambre de limpiar tubos de fontanería
hasta que quede suave como el culito de un bebé.
El trabajo puede darse perfectamente por concluido aquí, pero si queremos dejarlo perfecto del todo basta
difuminar un poco de
spray con el mismo
efecto de color de la llanta para corregir la pequeña parte de pérdida de acabado que también hemos retirado al lijar
y
fijar con un barniz transparente también en
spray.
Yo no lo he hecho porque he descubierto que en mi taller de confianza les queda un poco de esa misma pintura metalizada y me lo van a retocar a pincel
por la patilla en dos minutos.
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