El Mitsubishi Outlander, que sustituye en septiembre de 2012 al modelo del mismo nombre, todavía no tiene precio. Se conocerá en el mes de julio, según nos han informado en Mitsubishi. Es la tercera actualización del modelo que apareció en 2007 (más información) y que fue renovado en 2009 (más información). Ahora los cambios son más profundos y Mitsubishi se refiere a él como la tercera generación (el primer Outlander apareció en 2003), aunque la estructura es la misma y no varía la distancia entre ejes.
Tiene carrocería de todoterreno (las dimensiones son prácticamente idénticas al Outlander que reemplaza) y mide 4,66 metros de longitud, 1,80 de anchura y 1,60 de altura, es decir, el actual es un centímetro más corto y cuatro más estrecho. No está pensado para superar grandes obstáculos fuera de la carretera. La versión básica es de tracción delantera y el resto de tracción total. Más información en impresiones de conducción.
En algunos países se vende con motor de gasolina, pero a España sólo se trae con motor Diesel y cambio manual o automático. Las dos principales diferencias del Outlander que llega en 2012 con relación al modelo que sustituye es la reducción de consumo y la mayor amplitud de las dos plazas posteriores (en las versiones de siete plazas) y el maletero.
La versión básica tiene cinco asientos y el resto siete. Las siete plazas están distribuidas en tres filas de asientos. Los de la tercera fila ya no son un estrecho trasportín plegable (imagen), sino dos asientos más anchos (imagen). El portón de doble hoja ha sido reemplazado por uno sencillo, con apertura y cierre eléctrico en la versión Kaiteki, la mejor equipada de las cuatro. El espacio longitudinal es 34 cm mayor que antes cuando están plegados los asientos de la segunda y tercera fila. Más información en impresiones del interior.
El motor disponible en el mercado español es de tipo Diesel, de 2,2 litros de cilindrada, (llamado «DiD Clean Diesel»), con 150 caballos de potencia y una relación de compresión baja (14,9 a 1) con el objetivo de reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno.
Mitsubishi asegura que el consumo homologado (todavía no está aprobado) será de menos de 5,0 l/100 km en la versión básica de dos ruedas motrices y cinco asientos, una cifra sólo mejorada en la actualidad por el Mazda CX-5 2.2 D de 150 CV y el Nissan Qashqai+2 1.6 dCi de 130 CV.
Para conseguir esta reducción de consumo, además de otras medidas implementadas en el coche como la reducción de peso (100 kilogramos de promedio), la potencia del motor se ha reducido (pasa de 177 a 150 CV) y se le ha suprimido el sistema de distribución variable, denominado MIVEC (ficha técnica comparativa).
La transmisión tiene tres modos de funcionamiento que el conductor puede seleccionar mediante un botón. Al presionarlo se activan de forma sucesiva las tres posibilidades de tracción. El modo «4WD ECO», que a pesar de su nombre transmite la potencia al suelo mediante dos ruedas motrices, aunque de forma automática pasa a tracción total cuando se producen pérdidas de adherencia. El modo «4WD AUTO», que funciona en tracción total de forma permanente, pero sin bloqueo central y el modo «4WD LOCK» que obliga a un giro solidario de los ejes delantero y posterior (Información detallada del sistema de tracción total del Mitsubishi Outlander).
El cambio manual tiene seis relaciones y el automático, de convertidor de par hidráulico, también. Éste no es un cambio nuevo, si bien se le han introducido modificaciones para mejorar la suavidad y reducir el resbalamiento con el objetivo principal de reducir el consumo. Este cambio no es tan eficiente con vistas al consumo como el cambio de dos embragues que Mitsubishi utilizaba en el Outlander anterior, sin embargo se emplea porque su suavidad tiene más adeptos, principalmente en norteamérica.
Equipamiento
El equipamiento de cada una de las versiones puede verse en la tabla comparativa de equipamiento de las cuatro versiones. Las novedades más destacables de este nuevo Outlander son tres. La alerta por cambio involuntario de carril, el programador de velocidad activo, que funciona hasta detener el coche completamente (una vez se ha detenido el coche, se desactiva) y un sistema que el fabricante denomina «FWD», que detecta obstáculos delante del coche y puede actuar sobre los frenos para evitar una colisión o para reducir la fuerza del impacto. También resulta destacable el climatizador de doble zona y la regulación longitudinal del volante (la principal carencia del modelo anterior para ajustar la postura del conductor). También tiene nuevos faros de xenón, de los que Mitsubishi dice que son más potentes y el haz mucho más ancho (1350 lumen y 80 grados en vez de 42) y el mencionado portón trasero de apertura y cierre eléctrico en la versión mejor equipada.
Versión Híbrida
Desde 2013 habrá una versión híbrida enchufable con el nombre de Outlander Plug-in Hybrid EV. Su sistema de propulsión consta de un motor de gasolina y dos eléctricos, uno delante y otro detrás lo que permite tener tracción total. El conductor puede elegir entre tres modos diferentes de conducción: «Pure», «Series» y «Parallel». El modo «Pure» es aquel en el que el único causante del movimiento del vehículo son los motores eléctricos. El motor de gasolina no interviene en ningún momento.
En el modo «Series», los motores eléctricos y el de gasolina funcionan como un sistema en serie. Es decir, los motores eléctricos mueven las ruedas pero, cuando es necesario, uno de ellos —accionado por el motor térmico— actúa como un generador recargando la batería (como ocurre en un Chevrolet Volt). Por último, en el modo «Parallel» el motor de gasolina es la principal causa del movimiento del vehículo, que recibe el aporte de la energía de los motores eléctricos cuando ésta es necesaria.
No hay datos de prestaciones o consumos del Outlander Plug-in Hybrid EV, pero según la marca será capaz de tener una autonomía y unas emisiones similares a la del prototipo Concept PX-MiEV II, esto es, más de 800 km y menos de 50 g/km de dióxido de carbono. El citado prototipo tiene dos motores eléctricos de 82 CV cada uno y un motor de gasolina de 2,0 litros y 95 CV. Su autonomía en modo eléctrico es de 50 km.
La principal limitación de espacio en la tercera fila de asientos proviene de la altura al techo. No son plazas aptas para personas de más de 1,75 metros de altura. En esta fila, el espacio para las piernas no es confortable casi para nadie, sea de la altura que sea, habida cuenta de la poca altura de la banqueta con respecto al piso del coche, lo que obliga a llevar las piernas muy flexionadas.
Los asientos de la segunda fila se pueden desplazar longitudinalmente 25 centímetros, pero parte de su recorrido es inútil para mejora de la habitabilidad. Cuando se colocan en su posición más adelantada, no queda espacio para las piernas ya que la banqueta toca con los asientos de la fila delantera. La única utilidad de esta posición es facilitar el acceso a las plazas de la tercera fila. Aun así, el paso a la fila posterior requiere de alguna contorsión. Resulta especialmente delicado para bajar del coche, ya que luego hay que saltar al suelo.
Queda muy poco espacio para pasar los pies entre el montante y la base del asiento y es necesario estar atento para no tropezar y salir trastabillado. En definitiva, se trata de un coche con siete plazas reales, pero conviene que las plazas posteriores las ocupen jóvenes de estatura suficiente como para viajar sin sistemas de retención adicionales, ágiles para entrar y salir y capaces de viajar con las piernas replegadas.
La fila intermedia tiene capacidad para regular la inclinación del respaldo, posibilidad que permite reclinarlo para echar una cabezada con mayor comodidad. La barra que sujeta la cortinilla que cubre el maletero tiene dos posiciones, de tal forma que no impide que en su posición más retrasada se recline el respaldo.
En la plaza del conductor, la principal novedad radica en la posibilidad de regular el volante en profundidad. El conductor queda en una postura elevada, con la caída de las piernas vertical incluso en la posición inferior de la banqueta. Es la postura de conducción típica de los coches altos, que permite obtener mayor rendimiento del espacio longitudinal.
La calidad percibida es buena, tanto por materiales como por ajuste y funcionalidad. Los asientos se pliegan y despliegan con facilidad. El diseño del salpicadero no recuerda en nada al anterior. Ésta es la imagen del nuevo salpicadero y ésta la del El nuevo Outlander resulta un coche con un buen equilibrio entre comodidad y respuesta en curvas. El motor que, funciona con suavidad y poco ruido, resulta agradable de conducir, con una respuesta adecuada en todo su régimen de utilización. Aparentemente mueve bien el Outlander, aunque tendremos que medir su capacidad de aceleración y recuperación cuando dispongamos del coche en España para confirmar estas impresiones.
El cambio manual es cómodo y de buen funcionamiento. El automático (con convertidor de par) funciona con suavidad y rapidez suficiente. Se ha limitado el resbalamiento y resulta agradable de utilizar. Se puede manejar de forma manual mediante unas levas situadas tras el volante.
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