Viaje a Irlanda Del 17 de Agosto al 3 de Septiembre del 2004
AVISO: Esta crónica es larga y se ha hecho con intención de deleite. Si crees que no vas a tener tiempo o que no la vas a poder disfrutar porque no es el momento idóneo te aconsejo que la leas en otro momento, gracias.
Bueno, aprovecho la ocasión y el medio para explicaros nuestras mejores vacaciones.
Anticiparos que no había nada planificado y todo se hizo sobre la marcha, aunque la idea de ir a Irlanda con una furgo ya me rondaba desde hacía tiempo. Resumo, dio la casualidad que a mi novia tenia vacaciones en el curro y a mi mi exjefa me las concedió justo el día de antes, me dijo textualmente: Ah, si las quieres hacer... Qué gran mujer... cómo me acuerdo de su madre...
Imaginaros, hacer los preparativos para un viaje así, montar la furgo y ponerla a punto en tan solo día y medio! Ah, y lo más difícil, convencer al pobre de mi suegro para que nos dejara la zafira; pobre él que siempre dice que la mujer y el coche no se dejan nunca a nadie... Cuando se lo propusimos, dijo que sí. El pobre lo veía tan inverosímil, precipitado e surrealista que no reaccionó. No había tiempo para que cambiase de opinión. Ves al super, carga avituallamiento para 15 días, recorta maderas, monta estructuras en la furgo, compra la nevera, monta el depósito del agua, etc, etc.
Total, saliendo de Barcelona un domingo por la mañana, cruza toda Francia (fantásticas autopistas, un poco carillas), llega hasta el norte e intenta cruzar hasta Inglaterra. Como teníamos tantas ansias por llegar decidimos probar el Eurotúnel. Llegas allí, te pones a la cola con el coche para preguntar precios y horarios y resulta que cuando te das cuenta no puedes tirar para atrás porque tiene forma de embudo y a lo único que puedes optar es: ida o ida y vuelta. Menudo pastón el dichoso eurotúnel, encima te imaginas vista bucólica del fondo del mar..., pececitos de colores pasando cerca de las ventanitas... y nanai de la China.
El tren va por dentro del túnel, y el tunel por debajo del mar, sí, efectivamente, pero también por debajo del suelo de debajo del mar... vamos que no se ve una leche... En lo que se tarda en comer un bocata de chorizo ya estábamos llegando a Inglaterra. La vuelta sería toda en ferry.
Cruzamos Inglaterra en dirección Holyhead (al oeste) para coger allí un ferry para cruzar a Irlanda (de Inglaterra a Irlanda de momento no se ha inventado ningún túnel que vaya por “debajo del mar”...). Esta quizás fue la parte del viaje más dura, tener que cruzar toda Inglaterra sin parar a ver nada... con la de cosas que había que ver. Llegar a Holyhead fue toda una historia, íbamos con mapita... como está mandao. Me acuerdo que pasamos como 4 veces por delante de la misma casa en menos de media hora. Al final llegábamos a Holyhead por la noche (noche cerrada, no podía ser menos) y con una tromba de agua que parecía que se iba a acabar el mundo. Encima no sabíamos ni el horario, ni la tarifa del ferry pero bueno, mal por mal, nos quedábamos en Gales.
Cogimos el ferry bien entrada la noche y a las 7 de la morning pisábamos tierra Irlandesa en la capital. Lloviendo, para variar. Menudo comienzo... bueno, pues aparca y sigue durmiendo para coger fuerzas.
Decidimos poner rumbo sur, por aquello de que en el sur siempre llueve menos (en Irlanda, en verano esto es casi siempre cierto) haciendo nuestra ruta en el sentido de las agujas del reloj (más o menos).
Ah, os aviso, si no os mola el campo verde, las montañas verdes, los prados verdes, las vacas... verd... ay, no, las vacas blancas y negras; este es el momento idóneo para dejar de leer esta crónica.
Al primer sitio que fuimos fue
Glendalough, un sitio que emanaba misticismo por todas partes. (Gracias a la Guía de Irlanda, ed. El País Aguilar, qué 30€ más bien invertidos)
Es impresionante el lugar, hay cruces celtas por todas partes y una torre redonda, muy presentes en Irlanda, las utilizaban los monjes cristianos para guardar los tesoros y evitar asi a los ladrones.
por no mencionar los paisajes.
A continuación pasaré a nombrar de una forma bastante esquemática dónde estuvimos, pasamos, o lo que vale más la pena ver, porque en Irlanda vale la pena verlo todo, todito, todo.
Wexford, es una ciudad de veraneo para los Irlandeses, por eso de que en el sur no llueve mucho... (tratándose de Irlanda cuando diga ‘ciudad’ imaginaros más bien un ‘pueblo grande’, ok?).
Esta foto es de un escaparate de una tienda, como veis la religión es un tema palpable en la sociedad.
Os aconsejo un paseito por la playa y sobre todo el
Irish National Heritage Park - N. Wexford donde te explican perfectamente (en inglés, eso sí; es una tónica general en todo el país, en pocos sitios encontraréis explicaciones orales o escritas en español) las diferentes etapas de colonización a las que estuvo sometida el país; pero no en plan royo, sino con guías caracterizados (bien caracterizados), reconstrucciones de edificios y embarcaciones de la época vikinga, etc. Muy ilustrativo y muy didáctico.
En Irlanda el que se pierde es porque quiere...
el problema no es por dónde ir, sino a dónde ir... por cierto, alguien
entiende el gaélico...? (son pocos los irlandeses de la parte sur que lo hablan), al menos las indicaciones marcan kilómetros y no millas, algo es algo...
Waterford. Pueblo bien, si no recuerdo mal hay un paque natural con una vegetación alucinante. Un bosque tupido, baja vegetación de helechos. Natural. Muy natural. Demasiado natural. Intentar no embobaros con el paisaje y ojito al camino. El peor sitio para ir con niños o con estudiantes, es relativamente fácil perderse. Veréis a poca gente. La poca que veáis irán tan perdidos como vosotros, con un poco de suerte ellos llevarán plano. Mal sitio para hacer de explorador. A favor, al final del camino hay unas cascadas bastante bien. No son excesivamente grandes, por eso.
Kilkenny. Una ciudad con un centro muy pintoresco. Imperdonable ir a Irlanda y no visitar su castillo (por dentro también!).
Cobh. Ciudad mítica porque fue desde aquí desde donde partió el famoso Titánic antes de... Bonito pueblo turístico...
con una mega catedral...
la de San Colman. Enorme. Y como no, una tormenta torrencial de veinte minutos que nos fastidió el final del paseito.
Si vais fijaros en la isla que hay delante de la ciudad, antiguamente fue utilizada como prisión.
Cork Gran ciudad del sur de Irlanda (fijaros en el uso de: ‘gran’ ciudad). Famosa porque muchos adolescentes españoles o italianos pasan algún mes allí ‘aprendiendo’ inglés y muchas otras cosas... je, je. La ciudad tiene gran importancia sobre todo por su gran puerto industrial. La cruza el río Lee, bastante sucillo para ser Irlanda, que más quisiéramos los de Barcelona... y pueblos de los alrededores.
Charles Fort – Kinsale. Es un fuerte de defensa que construyeron a la entrada de un golfo precioso.
No entréis a verlo, no vale la pena pagar. Dentro no hay nada. Sólo dos anécdotas, la primera es que durante la explicación destacan que hace pocos años el fuerte medio derrumbado servía de cobijo a un grupo ocupa... ¿?,
la segunda es que el fuerte no resultó ser excesivamente efectivo porque lo construyeron por debajo del nivel del suelo, es decir, el ataque por tierra significaba una derrota segura.
Killarney >Mucross House El pueblo no mata. La casa es de muerte! Es una ‘Big House’. La típica casita que se montaban los Británicos cuando se iban a Irlanda de vacaciones.Una casita de nada...
con un montón de sirvientes de nada...
Una anécdota, para que os imaginéis que buena persona debía ser el propietario de la casa, que cuando le llevaban la comida en una enorme fuente como estaba mandado, el sirviente tenía que ir silbando desde la cocina hasta el comedor. ¿Por qué? Porque mientras uno silva, no puede comer...
con un mega-super-hipo-jardín de nada...
Para los que os guste la botánica, ir a ver el jardín, impresionante. A los que no os guste también.
Aquí podéis ver un prodigio de la naturaleza, bueno, a dos: mi novia y detrás de ella una planta, la gunera... también de nada...
Lo de la imagen eran sólo dos matas, tres a lo sumo.
Si tenéis niños, un paseito por la granja (Mukross House Farm), puede resultar divertido. Hay animales de razas autóctonas...
y una furgonetilla muy peculiar.
No os perdáis la comida del restaurante de Mukross House. Hacen una lasaña... para chuparse los codos... Además de rica, creo recordar que no estaba mal de precio. Consejillo, recordar que estáis en Irlanda, y que en Irlanda se come a la hora irlandesa... que no os pase como a un menda que la primera vez me tuve que comer la lasaña corriendo porque sino ya no entraba a ver la casa. La segunda vez el restaurante ya había cerrado la cocina... mecachis...
Esto es un cuervo albino disecado, es el único que he visto, estaba en el hall de la casa. Me pareció peculiar.
Rock of Cashel. Castillos en Irlanda un ciento, iglesias y catedrales, otro tanto.
Una de las más especiales, ésta. Muy turística, pero vale la pena. (Cuando digo turístico significa 20 personas a la vez en pleno agosto, 30 a lo sumo si hay una excursión de adolescentes españoles o italianos que es lo que más abunda en esos meses).
Lástima que le falte la cubierta. Es bastante común ya que solían ser de madera y los invasores prendían fuego a todo relacionado con la religión.
Como es costumbre, toda fortaleza siempre encima de una colina, verde, por supuesto.
En la parte inferior la
Hore Abbey (una abadía bastante deteriorada), también todo verdecito.
Por allí cerca, la
Swiss Cottage en
Cahir. Una casita de gente caprichosa con pasta donde los dueños lord y lady Cahir se divertían vistiéndose de aldeanos. Nos quedamos con las ganas de verla, era demasiado tarde y ya habían cerrado por lo que no sabemos si realmente vale la pena.
Ring (anillo) of Kerry. Imperdonable si vais con furgo y no pasáis por aquí. Zona deshabitada, natural, conservación inmejorable (como toda Irlanda, pero aquí todavía más).
Paisajes preciosos, playas flipantes. Para la peña del norte quizás no tengan problema en pegarse un bañito, para la gente friolera del mediterráneo... ni hablar, dos mangas en agosto y los pantalones siempre subidos... que si no se nos costipa...
Ojito con las corrientes marinas en toda la zona este de Irlanda! Si vais con furgo, os recomiendo una puesta de sol, una nochecita al lado de la carretera (no pasa ni Cristo por la noche)...
o al lado de la playa, pero ojo con las subidas de la marea. Al despertar se ve esto...
Paradita para reponer fuerzas y eliminar stress (pero eso existe en Irlanda...?)
Aceitunas españolas, tomatito frito español, Coca-Cola española (la Irlandesa sabe a agua sucia) y spaguettis de españa también. Viva la gastronomía irlandesa!!!
Menuda pasta nos ahorramos al llevarnos toda la comida desde aquí...
Atención a lo que aparece abajo a la izquierda de la imagen. Es nuestra cocina: un fogón de camping gas dentro de una caja de cartón con tapa superior para mover la comida y tapada con un plástico. No se apaga con el aire, no se moja y la comida se calienta antes. A grandes males... grandes soluciones...
Península de Dingle (al oeste, más al norte). Muy del estilo Ring of Kerry pero diferente, no por ver lo uno íbamos a renunciar a lo otro; más playas preciosas, más tranquilidad, más prados, más todo.
No por haber visto lo anterior obviéis esto, vale la pena.
Desde aquí podréis ver sitios tan bonitos como estos:
lo del agua no son focas, que no vimos, son piraos haciendo sur en aguas heladas... seguro que cuando salieran se tuvieron que meter el dedo en el culo para encontrársela... (un saludo a la peña surfista que los tienen cuadraos!).
Cuando hagáis esta ruta fijaros bien en las islas que se ven en frente de la costa, son las Blasket Islands,
si os fijáis bien podréis ver lo que se conoce con el nombre de ‘The Dead Man’.
Al atardecer buscamos un sitio para pasar la noche y como dicen que en la casa del Señor somos todos bien venidos... pues allí que fuimos...
Como era de esperar, cerrada! Bueno, de coña, más tranquis para pasar la noche. El sitio molaba porque no estaba muy lejos de la carretera principal pero ni si quiera se oía, aunque me daba un poco de mal rollo despertarme por la mañana y ver la zafira rodeada de buenos samaritanos que van por la mañana a misa. Por la mañana, al despertarnos... ni Cristo!
De vuelta a la carretera
otra tormenta tonta de veinte minutos...
Bunratty Castle (Limerick) Conjunto histórico del s. XV. Muy turístico (aquí si que había más de 30 personas las dos veces que he estado, de hecho había hasta un parking lleno de autocares, algo insólito en Irlanda...
)
Entrada al castillo e interiores del mismo
En el castillo seguramente os encontraréis un hombrecillo a modo de guía con grandes dotes interpretativas que explicaba curiosidades del castillo y sus habitantes. Preguntar que os explique cosas sobre los formulismos que tenía que hacer la gente cuando visitaba el castillo perteneciente a los O’Brian y demás historias
Además del castillo también está el
Bunratty Folk Park, una muy buena recreación de artes y oficios divididos en varias casas, así como un pueblecito irlandés con arquitectura de finales del s. XIX
Una antigua escuela con una acordeonista cantando en gaélico con pinta de psicópata (dejad que los niños se acerquen a mi...)
No le quitéis ojo a la casa del terror: recreación de la casa de un dentista, con artilugios de tortura incluidos.
Cliffs of Moher(acantilados). Otra atracción turística que no puedes volver sin ver.
Sitio mágico, místico, sorprendente. Mejor aún en un día con lluvia y un poco de niebla, el resto lo pone la Madre Naturaleza. Yo incluso desaconsejaría ir un día que hiciera sol, pierde todo su encanto.
Fijaros en la parte superior de la foto, los puntitos son personitas, a si veis la escala de los acantilados.
En Irlanda hay que ir siempre con chubasquero (chubasquero bueno..., no el plástico ese que venden en los chinos). En estos acantilados se hace totalmente indispensable, si se junta lluvia y aire... prepararos para conocer la esencia de Irlanda.
La visita a los acantilados es gratis, lo único que tendréis que pagar es el aparcamiento.
Un consejillo que yo no os he dicho: Una vez hayáis visto los acantilados veréis que hay una zona abierta al paso y otra vallada para que la gente no pase. Esta segunda se la salta todo el mundo a la torera, especialmente los españoles. Parece incluso una tradición ver a los españoles tumbados encima de la roca al borde del precipicio, además ya que pagas el parking, que menos que un paseillo bordeando los acantilados.
Cómo creéis sino que salen estas fotos tan chulas...
The Burren. Subiendo para el norte por la costa oeste nos encontramos con otro tipo de terreno (burren significa terreno rocoso). La mejor manera de describirlo, la de Oliver Cromwell: ‘Un territorio salvaje, donde no se encuentra agua suficiente par ahogar a un hombre, ni un árbol donde colgarlo, ni siquiera bastante tierra para enterrarlo’. Interesante este tal Cromwell...☻
Galway. Galway…, oh, la gran Galway… que buenos recuerdos… Bueno, a lo que vamos.Lo primero que hay que hacer cuando uno llega a Galway después de un arduo y largo viaje es indudablemente:
ir al
Quays (en la calle principal) y comer un fantástico plato de fish & chips.
Por cierto, en Irlanda es tradición comer este plato tan típico con mucha sal y vinagre. Si vais pedir dos platos: al primero le echáis mucha sal y vinagre, lo probáis y luego lo tiráis de malo que está..., luego os coméis el segundo sólo con un poquito de sal.
Además de fish & chips hay una multitud de platos que adivinar de una lista. La lista la encontraréis también en español, la traducción es tan sumamente catastrófica que por poco inglés que sepáis será preferible que la leáis en inglés.
En Galway (está al oeste) el tiempo se vuelve más inestable, aunque si vais en agosto y tenéis suerte quizás no llueva en exceso. Es una ciudad con ambiente
más bien dicho, con bastante ambiente:
claro que a la que te apartas un poco de la calle central... todo vuelve a ser tranquilidad
En Galway merece la pena pasar un par de días o tres mínimo para conocer la ciudad, dar una vuelta por la calle central, pasear por al lado del río Corrib, dar otra vuelta por la calle central, ir de tiendas, visitar la universidad, y cómo no, dar otra vuelta por la calle principal.
Super recomendables todos los pubs de la calle principal (¡cómo no...!). Los amantes de las pintas (que no ‘los pintas’) y de la música (de muy buena calidad, en general) en directo en Galway se lo pasarán en grande. Cada pub, un mundo.
Connemara. Parque nacional repleto de paisajes fabulosos
Y flora indescriptible en zona de turberas
Si vais con mucha atención podréis llegar a ver la Kylemore Abbey (cuando fuimos no estaba muy bien señalizado):
Mitchell Henry mandó construir este castillo. Averiguar más sobre el tema del propietario y su disfortunio. Es una historia triste pero curiosa.
Hoy en día la abadía es una cole de niñas pijas a las que sus papis envían allí porque las quieren mucho y sólo quieren lo mejor para ellas...
En principio de aquí hacia el norte yo sólo lo aconsejaría para gente que tenga muchos días para disfrutar de la Irlanda más solitaria y agreste. A partir de aquí las distancias se hacen más largas y los pueblos son más distantes.
Os enseño fotos de cuando estuvimos nosotros y lo que allí podéis encontrar:
Paisaje imponente entre
Westport y
Sligo. Increíble la sensación de aislamiento y pequeñez. Sólo por eso valió la pena subir hasta allí arriba.
Playas totalmente naturales... el agua, a rabiar de fría... Puesta de sol con tormenta al fondo en alta mar
Una simple foto...no, las siete de la tarde y nadie había pisado aquella antes que nosotros... esto en Barcelona es inaudito.
Isla de Boa.
Caldragh Graveyard. Dos símbolos precristianos que tienen cara por delante y por detrás. Están en un cementerio, al aire libre, al lado de una granja y con una valla (no para que la gente no entre, sino para que las vacas no salgan). Esto está tres pueblos más allá de donde Cristo perdió la sandalia...
(Si esto estuviera en Cataluña seguro que habría que pagar entrada... J, o ya lo habría robado el gobierno para meterlo en alguno de sus museos (esto es lo que aquí se llama catalogación de obras maestras pertenecientes a la cultura tradicional...)
Portstewart Playa inmensamente grande en Irlanda del Norte. La gente con coche pagaba para aparcar en la arena. Una tormenta de arena (ahora no era de agua) como nunca habíamos visto. Nosotros con dos mangas y el chubasquero-cortavientos, la peña de allí bañándose!!!
La Calzada del Gigante (Giant’s Causeway) Alucinante formación geológica hexagonal. Más alucinante aún por la mitología del lugar. Descubrir la leyenda del gigante.
Feria ganadera en
Ballycastle (Condado de Antrim, Irlanda del Norte)
Esto fue una caña, nos enteramos de casualidad, como siempre, que había una feria ganadera en un pueblo cerca de donde estábamos. Pasamos la noche allí y por la mañana nos encontramos todo este gentío. Si podéis asistir a una no os la perdais, en Irlanda estas ferias son todo un acontecimiento social.
Newgrange y Knowth en
Slane,
Condado de Meath. Otro sitio mágico y lleno de misticismo. Newgrange es fantásico, además te explican cómo se construyó supuestamente y cuando estás dentro... lo siento pero lo bueno no se explica, tendréis que ir para averiguarlo. Knowth en cambio, no valió mucho la pena. De hecho, ni siquiera me acuerdo, por algo será. Para los furgoneteros, hay un aparcamiento bastante grande, no sé si lo cerraran por la noche. Tenía buena pinta para aparcar.
Dublín. Esta vez estuvimos poco tiempo, lo primero que hicimos visitar el fabuloso
National Botanic Gardens(jardín botánico), que encima es gratis! Si os gustan las plantas visita obligada.
Asombrosos los invernaderos con estructura de metal.
A destacar por encima de las muchísimas colecciones que tienen y de plantas raras...
... los nenúfares gigantes que tienen. Pueden llegar a medir hasta dos metros de diámetro!!!
Bueno, este fue nuestro encantador y seguro que irrepetible viaje, lleno de sitios mágicos y alucinantes ya descubierto por nosotros de los cuales os hacemos copartícipes.
Consejillos y cosas varias:Como habéis podido apreciar, en esta crónica cito también lugares interesantes de visitar que nosotros en este viaje no pudimos ver por falta de tiempo. Si alguien se anima le recomendaría visitar Irlanda en un mínimo de un mes ya que hacerse 7.000 kilómetros rodados en quince días como hicimos nosotros te puede dejar baldao.
Lo que recomiendo es hacerlo por zonas y no querer ver algo de aquí y algo de allí porque se pierde mucho tiempo en los desplazamientos. Las carreteras principales están en muy buen estado (hacen la función de ‘semi-autopistas’) pero las secundarias dejan mucho que desear (es Irlanda, que se puede esperar).
Si vas con furgo no hay problema alguno a la hora de aparcar, lo puedes hacer donde donde quieras, puedes pasar la noche donde te venga en gana; siempre con un poco de cordura y con dos dedos de frente.
Respecto a la seguridad, no tuvimos problemas de ninguna clase con amigos de lo ajeno, ni malos rollos de esos; claro, que tampoco es cuestión de dejar demasiadas cosas al alcance, fijaros que no llevábamos las lunas tintadas, ni cortinillas, sólo un par de chismes de esos que hacen sombra y se pegan con ventosa (sí, y con un poco de salivilla...). En Francia, eso ya es otro cantar, sobre todo en la autopista.
Los lavabos públicos en Irlanda (que no en Francia) dan gusto de limpios que están, al no tener ducha en la zafira nuestra manera de acicalarnos era esa, y por cierto la gran mayoría con agua caliente! Para recargar agua en las gasolineras también sin problemas.
A pesar de lo frioleros que somos nosotros no pasamos frío en ningún momento, más bien calor. Dormíamos con sacos y sin calefacción y llevábamos una manta por si acaso pero no hizo falta.
Para visitar monumentos existe la Heritage Card, pagáis una vez y podéis entrar en un montón de sitios en toda Irlanda (no en Irlanda del Norte).
Los irlandeses, de lo mejor. Gente acogedora, amable, campechana. La gente mayor suele ser muy religiosa y conservadora en algunos casos.
Espero que os haya gustado este relato. Si os decidís a ir a Irlanda, os pediría por favor, mucho respeto. Cuidarla para que siga estando como siempre ha estado y así podremos seguir disfrutando de un lugar tan
MÁGICO.
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