Dificultad de 1 a 5
Aunque no es exactamente un
brico para
furgos, sí puede serlo para garaje y hogar y resultaros interesante la idea para otras aplicaciones.
Lo que es cierto es que cuando están en el
lineal del hipermercado las
mesas de resina son un prodigio de ligereza, blancura, suavidad al tacto y, a veces, precio. Pero cuando llevan cinco, diez a lo sumo, años dándole el sol, el hielo y la mugre urbana se ponen hechas una pena: ásperas, de color pardo, arañadas... dan ganas de tirarlas y comprarse otro prodigio de ligereza en otra gran superficie. O sea, justo lo que ellos quieren.
Una de nuestras mesas de terraza ya ha pasado por esa fase de tercera edad, de provecto declive que la hace candidata a un viaje sin retorno al
Punto Limpio. Pero, convencidos de que
siempre hay que reutilizar antes que reciclar, le vamos a dar una segunda vida de espero que bastantes años como sustituto de esos maravillosos y prácticos
arcones-baúl de jardín que nos llaman al consumo por precios que rondan los 200 € en los mismos pasillos de
Leroys y
garden centers...
y en los que nos prometen en torno a
150 litros de capacidad para herrramientas, fumigadores, abonos, cubos, insecticidas, plaguicidas, sustratos, semilleros, cortadoras... o sea, todas esas cosas que manchan un montón dentro de casa y que son más prácticas de almacenar en terrazas y jardines justo al lado de donde se van a tener que usar... pero
sin que se nos mojen.
En este
brico nos vamos a gastar sólo unos
19 €, vamos a reaprovechar una mesa de resina blanca y
nos vamos a hacer con un práctico arcón para contener todo lo que se necesita para tener una terraza cuidada o un jardín apetecible. Y en sólo un par de horas.
Lo único que tenemos que hacer es dirigirnos a cualquier almacenista de plásticos (en Salamanca lo hemos conseguido en
Plásticos Durán, pero también hay cadenas presentes en toda España como
Resopal) y comprar una plancha de PVC blanco de al menos 1 mm de espesor que se comercializan en 305 x 122 cm.
Para transportarlas sin arañar, vienen con un
film que podemos retirar en casa.
Allí mismo nos la pueden cortar a la medida que necesitemos. Yo he pedido tres piezas de 70 cm de ancho (el alto de la mesa) y 122 cm de largo para las
paredes y otra de 70 x 80 cm para la
trampilla.
La mecánica en muy sencilla:
Dada la vuelta a la mesa, sin desmontar las patas, la apoyamos sobre unos caballetes para trabajar con comodidad y vamos presentando las planchas de PVC justo por el
lado interior de la última moldura del borde, con el fin de que, acabado el trabajo, si mojamos la mesa al regar o llueve, todo el agua resbale por la encimera y salve la unión con nuestras planchas
a favor. Así no nos entrará dentro del
mueble.
Cada quince o veinte centímetros taladramos con una broca de 4.75 mm ø conjuntamente la moldura de resina y la plancha de PVC para solidarizar a continuación las dos mediante
remaches de 4 x 14 mm con apoyo
bilateral de arandelas inoxidables que aumenten la superficie de presión.
Dejando, claro está, el lado corrugado del remache
hacia adentroy los vistos
hacia afuera.
Vamos haciéndolo en toda la vuelta sin olvidar coser las planchas entre sí donde sea necesario con
remaches más cortos, como los de 4 x 10 mm.
Por la parte por donde vayamos a querer acceder al arcón, que puede ser uno de los lados largos de la mesa, dejamos un vano que cubriremos después con una pieza-
trampilla suelta y abierta solapada generosamente por ambos lados. Así no entrará el agua de lluvia aunque
caiga de hostigo.
Acabadas estas sencillas
costuras,
volteamos con cuidado el conjunto y lo ponemos donde lo vayamos a necesitar. Así podremos meter, por ejemplo en cubos u otros contenedores de plástico, todos nuestros útiles
que quedarán, si bajamos la tapa, perfectamente
protegidos de las inclemencias cuando llueva, granice o nieve, y también de la radiación solar excesiva en el buen tiempo.
Con unos pequeños
velcros del color empleado en los bajos de la solapa, quedará bien ajustada contra la apertura del viento, porque este PVC tiene una asombrosa rigidez.
Si se desea, apoyándose en las cuatro patas, se puede hacer una
balda interior para acoplar objetos más pequeños que no deban estar en contacto con el piso.
Para ello, basta poner cuatro tornillos, uno por pata y acoplar una simple
barra hueca de hierro en las cabezas a cada lado de la mesa.
Para asegurar una buena
ventilación, el faldón de PVC está separado un centímetro aproximadamente del suelo de la terraza.
Saludos.
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