Un accesorio muy práctico que tengo hecho desde que tuve el primer coche para cambiar el aceite y hacer pequeñas reparaciones y mantenimientos (tensar freno de mano, visualizar fugas en el escape y en los manguitos o latiguillos inferiores, ver holguras, seguir cables...) es una
pareja de rampas portátiles completamente hecha de maderas ya muy deterioradas de viejos muebles o retales de haberlos hecho.
Ya sabéis que las tablas (y muchas cosas más) se merecen unas segundas o sucesivas vidas antes de ir al
punto limpio.
Siempre reutilizar antes que reciclar. Que nos hagan algún servicio más antes de convertirse en briquetas de chimenea o en pasta de papel.
No importa el tipo o los grosores de los tableritos empleados, porque no se van a ver. Basta encolarlos o atornillarlos dobles o triples y hacer una especie de cajón alargado hueco abierto por la parte que toca el suelo. De forma que sea relativamente
ligero pero robusto para las 3 toneladas (máximo) para las que va destinada.
Luego hay que reforzar el final con un
taco fuertemente fijado para evitar caídas
en precipicio.
Y fijarle un
asa plegable en un centro de gravedad cómodo para trasladarlas bien con una sola mano dentro del garaje y almacenarlas verticalmente en cualquier pared.
Luego se iguala toda la pieza con una pintura resistente (al caucho, selladora sintética...) y parece un bloque.
Si la elevación es poca o quiero complementar la que proporcionan las rampas, uso el típico
gato hidráulico de taller para los puntos de izado.
Si os parece bien, podemos comentar
qué accesorios empleamos cada uno para cosas así porque siempre viene bien repasar las novedades que haya visto la gente por el mercado.
Saludos.
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