Crece el poder Diesel
Mercedes ML 420 CDI
Mercedes ha aprovechado el lanzamiento de sus grandes Clase GL para añadir a la gama ML un nuevo motor, el V8 420 CDI de 306 CV. Esta refinada máquina turbodiesel es un espaldarazo para la gama ML, obligada a competir en un segmento efervescente donde cada día hay novedades de gran empaque.
David Varona
Con este coche, pleno de poderío y capacidad, Mercedes responde al constante bombardeo de la competencia, que añade caballos y nuevas cualidades a sus coches, sean los Volvo XC90, los Range Rover Sport o los BMW X5.
Con sus 306 CV y su espectacular par máximo de 77 mkg, este ML 420 CDI es una máquina muy difícil de batir. Con ella, Mercedes demuestra lo mucho que confía en las ventas del segmento Diesel (un 80 por ciento de los 100.000 ML que han vendido ya), y también demuestra que dispone de mecánicas muy poderosas, modernas y limpias.
Así equipado, el ML crece en argumentos de venta y mantiene su elevado nivel de calidad, muy mejorada en esta segunda generación del todo terreno ligero. Desde que se puso a la venta hace un año, este ML ya no tiene nada que envidiar a las brillantes realizaciones de marcas como Volvo o BMW. Sus estándares de calidad son similares, si no mejores, y, además, se puede mover por el campo mejor que la mayoría de sus rivales.
En Mercedes todavía no nos han confirmado el precio de partida de este nuevo ML 420 CDI. Sin embargo, podemos intuir que se situará en un nivel cercano a los 60.000 euros, es decir, poniendo techo a la gama Diesel de los ML.
Estética consolidada
Sin modificaciones de bulto en su imagen, el ML mantiene su línea deportiva, quizá muy americana para los gustos europeos, con un perfil bastante fornido y detalles inspirados claramente en los grandes SUV norteamericanos.
Tampoco hay novedades en el interior, cuya estética ha sido copiada por los GL, si bien aquéllos añaden un plus de refinamiento. En este caso, el nivel es suficientemente alto, con buenos materiales y acabados de mérito. Los asientos son cómodos, aunque no envuelven tanto como los que llevan los GL, algo que se aprecia al conducir con viveza.
Atrás hay espacio de sobra para tres adultos y el maletero, con 520 litros de capacidad, se nos antoja una auténtica bodega de carga.
Con el motor 420 CDI, Mercedes ha querido introducir un nivel de equipamiento muy elevado. Así, además de la tracción integral 4Matic, el ESP, el repartidor de la frenada de emergencia, el ABS, las llantas de 18 pulgadas, los reposacabezas activos y los ocho airbags, el coche cuenta de serie con control de velocidad de crucero, asientos de reglajes eléctricos, radio con CD y ocho altavoces, climatizador Thermotronic multizona y volante multifunción ajustable en altura y profundidad.
Si todavía se quiere más, se puede montar, por ejemplo, el paquete Off-Road Pro, los faros bi-xenón adpatativos, el asistente de aparcamiento, el equipo Pre-Safe de seguridad pasiva, los airbags laterales en la segunda fila de asientos, el control por voz, el radar de proximidad, las suspensiones activas Airmatic y el módulo Comand APS, que integra el navegador, el equipo de sonido y un lector de DVD.
NUESTRA VALORACIÓN
Si no se quiere, o no se puede, acceder al poderoso Mercedes GL, el ML es una alternativa más que satisfactoria. Comparte con el hermano mayor buena parte de los componentes, incluidos chasis y motores y, si se añade el paquete opcional de reductora y bloqueos de los diferenciales, se mueve por el campo con la misma, si no más, agilidad de aquel.
Quizá su estética pueda parecer algo convencional, pero el listón de la calidad está muy alto en un coche que, sobre todo, se ha pensado para viajar cómodamente.
Un motor que convence
No se han andado con chiquitas en Mercedes a la hora de construir este nuevo 420 CDI. El motor, lo último de la afamada tecnología Diesel de la casa alemana, responde a una arquitectura V8 con inyección por common rail de última generación y turboalimentación con dos turbos. El common rail inyecta el combustible a una presión de 1.600 bares y, gracias a los inyectores piezoeléctricos, es capaz de realizar hasta cinco inyecciones por ciclo. Esto permite reducir notablemente el consumo y, además, minimizar las emisiones contaminantes, punto en el que colabora el filtro de partículas sin matenimiento.
De hecho, a pesar de sus cuatro litros de desplazamiento y de sus elevadas cifras de par y potencia, el motor cumple de sobra con los criterios anticontaminación Euro IV y firma un muy contenido consumo de 11,1 litros a los 100 km, lo que no está nada mal si tenemos en cuenta que, además, el coche pesa 2.314 kg.
Colocado sobre el ML, este motor ofrece un rendimiento admirable. Permite que el coche alcance una velocidad punta de 235 km/h y que pare el crono en sólo 6,8 segundos en el 0-100 km/h, un dato que haría palidecer a muchos compactos que se tienen por deportivos… Y es que 77 mkg de par máximo son un argumento inapelable. Gracias a ese tremendo chorro de fuerza, el coche es capaz de recuperarse en tercera de 60 a 120 km/h en 6 segundos
Para manejar el motor, el ML cuenta con la caja de cambios 7G-Tronic, automática de siete relaciones, muy utilizada por todo el grupo Mercedes. Esta transmisión destaca por su rapidez y su suavidad, características que se agradecen cuando se lleva bajo el capó un motor tan poderoso.
Un atleta
Construido sobre un chasis autoportante, el ML tiene maneras de atleta. Aunque pesa bastante, sus masas nos han parecido bastante contenidas, con lo que se neutralizan los movimientos excesivos de la carrocería y se alcanza un alto grado de dinamismo.
De serie, los ML llevarán suspensiones convencionales, aunque muy elaboradas. Pero, como opción, es posible montar la sofisticada y recomendable suspensión Airmatic, que permite elevar la carrocería cuando se rueda por el campo. Además, el sistema se complementa con la amortiguación activa ADS, que modifica la firmeza de los amortiguadores en función de las condiciones de la conducción, pudiendo endurecerlos mucho para que el coche ruede más aplomado. Además, el conductor puede elegir entre dos programas, uno deportivo y otro confortable, para acoplar mejor la amortiguación a sus gustos.
Sobre esta base, Mercedes añade la tracción integral 4Matic, que gestiona continuamente la entrega de par entre el eje delantero y el trasero.
Con esto, el ML ya es un SUV notable, pero todavía se puede mejorar. Para ello, basta con montar el paquete Off-Road Pro, un conjunto que añade al coche la caja reductora, los bloqueos de los diferenciales central y trasero, un ABS especial para trabajar en el campo y la suspensión Airmatic modificada para elevar la carrocería hasta los 29,1 cm de altura libre al suelo.
Así configurado, el ML pasa de ser un todo terreno ligero a disputarles un hueco a los 4x4 puros.
Durante la toma de contacto, desarrollada por las cómodas pistas de Islandia, el coche nos dejó un grato sabor de boca, demostrando que rueda por los caminos con el confort de una berlina, claramente sobrado de fuerza.
Mercedes no nos dio la oportunidad de probarlo muy a fondo, pero, con todos los extras TT y las ruedas de campo y 255/55 R18 que llevábamos, pocas pruebas se le atragantarán a este coche
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